martes, 24 de mayo de 2011

Mona lisa

Un equipo de académicos y científicos alemanes de la Universidad de Heidelberg parece haber descubierto lo que hasta era uno de los mayores misterios de la pintura, la identidad de la Mona Lisa. La la verdadera identidad de la Es difícil tratar de hacer comentarios a la Gioconda. La fascinación que ha ejercido a lo largo de los siglos y el poder que tiene sobre la mirada del espectador obstaculizan un análisis objetivo, dado el icono en que se ha convertido para la cultura del mundo moderno y contemporáneo. En ella se citan todas las características de la pintura de Leonardo: el empleo del sfumato, esa técnica que difumina suavemente los rasgos hasta hacer indefinibles los contornos; el hermoso paisaje del fondo, agreste, salvaje y de un matizado tono azul que lo hace desaparecer en un degradado invisible; la ambigüedad del rostro, la indefinición sexual que la hace parecer una mujer, un adolescente... un mito de androginia que tiene referencias inacabables con teorías filosóficas y religiosas; y, por encima de todo, la sonrisa más melancólica y misteriosa de la historia del hombre. El retrato es el de Madonna Lisa, la señora Lisa, la esposa de Francesco del Giocondo, de donde toma su sobrenombre. Leonardo retuvo consigo el retrato hasta su muerte, no dejó de trabajar en él y, por supuesto, jamás se lo entregó a su cliente. De sus manos pasó a la colección real de Francia y hoy puede verse en el Museo del Louvre, protegida por un panel blindado y envuelta en un remolino de turistas que la fotografían sin cesarMona Lisa fue descubierta ya hace más de dos años por el experto en manuscritos Armin Schlechter, quien ha certificado que la mujer de la misteriosa sonrisa es Lisa Gherardini, esposa del poderoso mercader florentino Francesco del Giocondo. Los expertos de Heidelberg aseguran que unas notas apuntadas por el conocido del autor y trabajador del Ayuntamiento de Florencia, Agostino Vespuc

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